Habiendo fotografiado ya a los primeros dos me hice muchisima ilusión volver para una sesión lifestyle en su casa.
El pobre Javier no tuvo la suerte de los otros hermanitos de tener un ambiente fotográfico tranquilo y sereno pero sà muchÃsimos amor de sus hermanos que querÃan hacerse fotos con el.
Siendo ya de 23 dÃas, estaba muy despierto y muy curioso de lo que pasaba a su alrededor. No se le he escuchado llorar en toda la sesión, más bueno que el pan.